Directora para el apoyo para ministros inscritos
Gerenta de liderazgo para la candidatura, Región 3

Mientras estaba discerniendo mi propio llamado al ministerio, me di cuenta que Dios me llamaba a ir a los que sufren para mostrar el amor de Cristo, con el fin de abrir paso para su transformación y cambio. Como diácono, tengo el privilegio de caminar con las personas en sus caminos de discernimiento, acompañarlos con una palabra de esperanza y promesa, y unirme a ellos en un compromiso mutuo de proclamación y servicio.

Los diáconos se fortalecen en el liderazgo a través de colaboración, desarrollando los dones de todo el cuerpo de Cristo y trabajando unidos por el bien de la misión de Dios en el mundo. A través de la diakonia profética se nos invita a sentarnos con aquellos que son pobres, oprimidos y que sufren, a ser un puente hacia y para la iglesia y al mundo, y estar con todo el pueblo de Dios en la promesa de la presencia y el amor de Dios. Dios nos invita a solidaridad con los que son pobres, oprimidos, y sufriendo, para conectar la iglesia con el mundo y estar en comunión con todo el pueblo de Dios mediante la promesa de la presencia y el amor de Dios. Los ministros de Palabra y Servicio (diáconos) y los ministros de Palabra y Sacramento (pastores) colaboran juntos en discernir las necesidades de líderes de la iglesia; una iglesia comprometida a desarrollar y fortalecer el cuerpo de Cristo mientras que se involucra en el mundo en una manera mas profunda.

Mi llamada al liderazgo es una respuesta cotidiano a la llamada que recibí en mi bautismo.

  • ¿Vendrás y me seguirás si llamo tu nombre?
  • ¿Irás a donde no sabes y nunca serás la misma?
  • ¿Dejarás que se muestre mi amor? ¿Dejarás que se sepa mi nombre?
  • ¿Dejarás que mi vida crezca en ti y tú en mí?