Obispo de la IELA, Sinodo de Indiana-Kentucky y Presidente de la Conferencia Episcopal de la IELA

Este es un momento desafiante y emocionante para ser un líder en la IELA. Juntos enfrentamos muchos desafíos y preguntas sobre cómo ser la iglesia más fielmente en contextos que cambian rápidamente, a veces incomprensibles. Como gente de la cruz, sabemos que cada obstáculo, cada pregunta es una oportunidad de ver a Dios en acción, haciendo resurrección y ofreciendo una nueva, abundante y perdurable vida a la iglesia y el mundo. De hecho, como líder, he llegado a creer que una tarea principal para nosotros es asistir la iglesia en afrontar con nuestro realidad contemporánea y al mismo tiempo empezar a buscar y unirnos a la obra de Dios de en media de nosotros; una obra de sanación, esperanza y reconciliación.

Esta es la obra del evangelio. Es un privilegio, honor y gozo trabajar junto con el pueblo de Dios y otros lideres como siervos del viento abrazadora que es el Espíritu. Nos atrapo en un viento dirigida a donde Dios nos lleva en el nombre Jesús quien fue crucificado y resucitado para la vida del mundo. ¿A quién conoces que puede tener los dones y la pasión para este tipo de liderazgo en servicio a Dios y al mundo entero?